martes, 21 de septiembre de 2010

Pugna entre profesores y padres por la conciliación

Las clases por la tarde enfrentan a maestros y familias. Los expertos niegan que el rendimiento escolar empeore con la jornada partida. Las actividades extraescolares son claves.

Colegios rurales sin comedor escolar. Unas obras que obligan a los niños a salir antes. Un grupo de padres funcionarios que prefieren llevarse a sus hijos pronto a casa... Son ejemplos de centros que han optado por la jornada escolar infantil continuada (de 9.00 a 14.00 horas) por diferentes motivos y ninguno relacionado con mejorar el rendimiento de los alumnos. La clave es la conciliación de la vida laboral y familiar. ¿Quién tiene más derecho a alcanzarla? ¿Los maestros o los padres?

La ley permite que cada centro, a través de una votación del consejo escolar, elija el tipo de horario. El menú autonómico es variado. Por ejemplo, en algunas comunidades como Canarias y Extremadura el 100% de los colegios cierra las clases a las 14.00 horas y en Aragón y Catalunya el total de alumnos tiene clases vespertinas, según los datos recogidos en un informa de CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos) ."La clave está en el poder que tengan los sindicatos de profesores en cada lugar", analiza el profesor de Sociología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Feito.

Este profesor, especialista en jornada escolar, cree que detrás de los casos de eliminación de la jornada partida está el "abuso moral de cierto sector del profesorado". "Si a los padres se les informa de que está demostrado que es mejor para el rendimiento la jornada continuada, no es de extrañar que en torno al 70% apoye el cambio", denuncia Feito, que sostiene que ningún estudio contrastado sostiene esa tesis.

Los profesores discrepan. "Nadie quiere la jornada partida. Se habla de que es muy duro para los alumnos de Infantil dar clases seguidas por la mañana, pero con la jornada partida se pierde mucho tiempo. Son niños de 3,4 y 5 años a los que hay que quitar y poner el uniforme", argumenta el representante de Enseñanza del sindicato CSI-CSIF en Madrid, Antonio Martínez. En esa comunidad 300 de los 700 colegios de Primaria cambiaron la jornada a continuada. "Y ningún centro ha pedido volver a la partida", añade.

Los estudios pedagógicos no se aclaran. En Análisis de las variaciones en atención y percepción a lo largo de la jornada escolar de 7 y 11 años, realizado a 497 alumnos de Alcalá de Henares, por los psicólogos María Pilar Sánchez-López y Juan Francisco Díaz Morales, se asegura que el "nivel de atención" de los alumnos de jornada continuada muestra su mejor momento al inicio y final de la mañana. Pero también constata un repunte a partir de las cuatro de la tarde. No hay datos concluyentes y los expertos aportan la lógica cronobiológica: los récords deportivos se baten por la tarde.

Sin embargo, la mejora pedagógica fue lo que pesó para que el Gobierno de Canarias acabara en 1992 con las clases posteriores al comedor. Desde entonces, las asociaciones de padres mantienen una vieja lucha social por las actividades extraescolares. "Se costean gracias a pequeñas subvenciones, a cuotas de madres y padres y a recursos obtenidos por las APAS", denuncian en un informe en el que calculan que sólo la mitad de las familias acude a estas actividades. "Nos planteamos nuestro papel en la vida escolar porque estamos suplantando funciones administrativas", añaden.

La dependencia de los padres de las actividades extraescolares para evitar que sus hijos se conviertan en un niño de la llave (menores que esperan solos a sus padres en casa) introduce al debate un componente socioeconómico. Los débiles programas públicos para la formación complementaria provocan una brecha social entre los que pueden pagar y los que no. La falta de conciliación influye también en el debilitamiento del servicio público porque la escuela privada y la concertada están completamente decantadas por la jornada partida. "¿Qué hacer cuando en un barrio sólo sea el concertado el que ofrezca jornada partida? Estamos ante un peligro del trasvase de familias de alto nivel socioeducativo de la pública a la privada", advierte Feito.

CEAPA critica que la jornada continua recorta el tiempo de las clases y denuncia la ineficacia de los planes municipales de jornadas extraescolares. "Reclamamos un plan de centros abiertos 12 horas, siete días y 11 meses", resume la portavoz de este colectivo en Balears, Manoli Ocaña.

 
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